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domingo, 23 de noviembre de 2014

Actividades de aula para trabajar la dislalia

Analizando las dificultades en el habla desde el punto de vista práctico, encontramos una gran variedad de actividades de interés. Como docentes, debemos conocerlas y darles un uso didáctico. A continuación las presentamos con su respectivo objetivo curricular:
 
– Trabajar la coordinación dinámica y el ritmo, como paso previo a la articulación oral.
  • Sentado, el alumno/a golpea alternativamente el suelo con el pie derecho y el izquierdo siguiendo distintos ritmos marcados por el profesor.
Escuchar un ritmo sencillo y reproducirlo (palmadas y patadas, por ejemplo)
  • Mientras suena la música o algún instrumento, los alumnos deben desplazarse libremente por el aula, cuando la música se pare deben permanecer quietos sin moverse.
– Desarrollar una adecuada discriminación auditiva de sonidos y de los fonemas alterados.
  • Reconocer ruidos familiares, de animales, sonidos de canciones famosas, ruidos con algún tipo de material o instrumento, etc.
  • Identificar un fonema determinado en distintas posiciones dentro de una palabra. Por ejemplo: ¿Dónde está la “p” en palacio, al principio, en medio o al final de la palabra?
– Pronunciar de forma correcta los fonemas alterados.
Realizar actividades que faciliten la movilidad bucofacial y distintas praxias que favorezcan la adquisición de los distintos fonemas alterados. Para ello, proponemos:
  • Control del soplo: soplo de papelitos, soplar con pajitas,…
  • Movimientos de mandíbulas, labios, mejillas y de lengua: poner cara de enfadado, de tristeza, de alegría o de asombro.
– Trabajar el uso, de manera satisfactoria, del lenguaje verbal y no verbal en distintas situaciones de interacción:
  • Poesías, cuentos incompletos, versos de algunas canciones…
  • Adivinar palabras por su descripción. Por ejemplo, “Tiene tronco y hojas”, “En ellas vivimos”.
  • Ejercicios de cierre auditivo: abri…, cami…, panta…, ga…
  • Imaginar las consecuencias de situaciones fantásticas: ¿qué pasaría si… entrase un toro por la puerta?, ¿si las paredes se convirtieran en chocolate?, etc.
  • Juegos de mímica: Cada niño/a imita por gestos una determinada acción (dormir, barrer, bailar,…) y el grupo debe adivinar qué está haciendo.

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